Desde el Feng Shui podemos trabajar la energía del éxito. Para esto,
debemos entender que el espacio que nos rodea es, a la vez, una
proyección de nuestro inconciente como un condicionante de pensamientos y
emociones.
Pero… ¿Qué es el éxito? Más allá de los objetivos individuales de
cada persona, la tarea desempeñada nos hace sentir plenos cuando viene
acompañada de la experiencia de prosperidad. La energía de la
prosperidad es la que nos nutre de pensamientos positivos, la que eleva
nuestra autoestima, nos da salud y alegría, empatía, y experiencia de
abundancia en todos los ámbitos de la existencia. Este Qi, o Sheng Qi,
se traduce en la buena onda que irradiamos y que hace que estemos
vitales y equilibradas.
Todas tuvimos esos días en que parece que todo ocurre a su tiempo:
estar en el sitio adecuado en el tiempo justo, con la respuesta acertada
para el jefe inconformista, el cliente exigente o el compañero difícil.
Cuando sentimos que podemos, que estamos plenas de capacidades y todo
fluye naturalmente, percibimos que podemos ir por más. ¿Pero cómo
sucedió eso? ¿Se podría crear ese estado de prosperidad todos los días?
Esta energía próspera tiene su correlato en el espacio que nos rodea, y
podemos tomar medidas para generarla y nutrirnos de ella a diario.
La calidad energética de tu oficina
Es común que las personas manifiesten deseos de tener una vida mejor,
ganar más dinero, ser reconocidas por su labor y apreciadas por los
demás. Sin embargo, afirman sentirse frustradas, exhaustas y
desilusionadas a pesar de los esfuerzos. Es muy frecuente en estos casos
que el especialista en Feng Shui detecte cómo se reflejan en el hábitat
de estas personas sus pensamientos y sentimientos inconcientes.
Muebles que bloquean el ingreso de la energía y su circulación
fluida, cosas sucias, rotas o acumuladas que emiten un Qi maléfico,
falta de comodidad para realizar las tareas diarias que irradian la idea
permanente de que la vida está llena de obstáculos. Desorden, descuido
en la decoración, austeridad extrema o exceso de objetos, son todos
indicadores de diferentes trabas inconcientes para permitirse el éxito
en la vida.
El Qi o energía que nutre un espacio debe tener ciertas cualidades
para que realmente sea positiva, saludable y adecuada a las funciones
que allí se desempeñan. Alguien que procura recrear en su entorno una
atmósfera agradable, que no se acostumbra a las cosas rotas o sucias,
que se esfuerza por renovar el Qi de su lugar de trabajo o vivienda, sin
permitir que se acumulen trastos en desuso o suciedad, y que genera
espacios de identificación con el éxito y la trascendencia entonces
refuerza todos los días una actitud próspera activa y receptiva al
éxito.
Una mirada Feng Shui, global y atenta al espacio de trabajo deberá tener en cuenta:
Los flujos energéticos
Siempre que puedas, evitá:
- Tener un escritorio debajo de una escalera o de vigas: estas
estructuras generan una energía opresiva sobre el lugar de trabajo y
coartan la capacidad de crecimiento y creatividad.
- Tener un ventanal detrás del escritorio: genera pérdidas e inestabilidad para quien debe permanecer varias horas allí.
- No ver la puerta de entrada a la oficina, ya que expone a traiciones o habladurías.
- Tener el escritorio debajo de un baño: trae inestabilidad y fuga de oportunidades.
- Ubicar el escritorio de trabajo en el dormitorio matrimonial:
interfiere en la energía del amor, el descanso, la intimidad y el
diálogo.
- Tener el escritorio en el medio de corrientes aceleradas de
energías, por ejemplo, entre dos puertas o ventanas. Si no existiera
alternativa, coloquen cortinas en la ventana, plantas en el medio, y
difusores de energía en el marco superior de la puerta (por ejemplo, una
esfera de cristal facetado) para desacelerar el flujo energético que
entra por un lado y sale rápidamente por el otro.
La ubicación ideal del escritorio
Lo ideal es que desde la mesa de trabajo se vea la puerta, para saber
cuándo alguien ingresa a nuestra área; y que quede de costado a las
ventanas y no de frente, así se evitarán distracciones recurrentes. El
Feng Shui indica siempre tener un buen respaldo que represente a la
energía guardiana de la tortuga negra, un ser mitológico chino que
simboliza la protección celestial. Lo mejor es trabajar con una pared
detrás.
Además, es importante trabajar mirando hacia una orientación de
éxito, que se obtiene calculando el número Kua de nacimiento. ¿Cómo se
calcula? Seguí estos pasos:
1 – Sumá los dos últimos dígitos del año de nacimiento. Por ejemplo,
si tu año de nacimiento es 1967, sumarás 6 + 7, lo que resultará 13. Si
el número resultante es de dos dígitos, sumalos entre sí (en el ejemplo,
sería 1 + 3 = 4).
2 – Para los varones, se resta este resultado a 10. Siguiendo con el
ejemplo: 10 – 4 = 6. Si es mujer se suma 5 al resultado obtenido. En el
ejemplo, 4 + 5 = 9.
3 – Cuando el número Kua de un varón es 5, se reemplaza por el 2. Cuando el número Kua de una mujer es 5, se reemplaza por el 8.
4 – Para las personas nacidas a partir del año 2000, la fórmula
cambia. Los varones, en lugar de restar el resultado a 10, lo restarán a
9. Las mujeres, en vez de sumar 5, sumarán 6.
5 – Recordá que el cambio de año para el Feng Shui es el 4 de
febrero, por eso, si una persona nació, por ejemplo, el 1 de febrero de
1980 debe considerar como año de nacimiento a 1979 para realizar los
cálculos Kua.
Entonces, en caso de tener un número Kua 2, 6, 7 u 8, la silla debe
quedar mirando hacia el SE, SO, O ó NO. Por el contrario, si el número
fuera 1, 9, 3 ó 4, la silla deberá estar orientada hacia el N, S, NE o
E. Para el Feng Shui de la Escuela de la Brújula, trabajar, estudiar,
comer o descansar orientado hacia una dirección cardinal desfavorable no
solo nos hace desaprovechar energías benéficas, también puede ocasionar
problemas por el desgaste energético que implica estar en situación
desventajosa.
El orden y la ambientación
Nuestro espacio de estudio y trabajo debe estar ordenado y limpio,
sin muchas cosas a la vista que bloqueen la energía y dispersen la
atención. Una lámpara de sal ayudará a neutralizar la ionización
positiva y la contaminación ambiental provocada por la computadora y
aparatos eléctricos. Organizadores para papeles, lápices y libros son
necesarios a fin de mantener el orden y encontrar las cosas fácilmente.
Los colores de la ambientación deben lograr un equilibrio Yin-Yang,
de modo que no generen ni apatía ni nerviosismo. El verde agua o el
lavanda son tonos Yin que ayudan a la concentración mental. Algunos
detalles en colores vibrantes que aporten energía Yang necesaria para
mantenernos lúcidos y dinámicos pueden incorporarse en cuadros y
objetos.
Las patas de la mesa y el asiento deben apoyar de manera firme sobre
le piso. Un escritorio endeble o una silla inestable transmiten una
energía insegura, precaria, contraria a la prosperidad. Siempre son más
recomendables los muebles de bordes redondeados que los filos rectos.
Evitá los estantes sobre la cabeza, que dan sensación de opresión a
quien está debajo. La iluminación del área de trabajo debe ser natural
durante el día y de noche focalizada. No uses tubos fluorescentes que
dan frialdad al ambiente.